TRES RAÍCES SOCIALES DE LA DELINCUENCIA

Cuando hablo de estas tres raíces fundamentales de la delincuencia, me refiero a lo que considero, los principales causantes sociales de la misma. No creo que sean las únicas, pero sí las fundamentales.

Considero que se entrelazan con las otras causantes que existen, y creo que atacándolas  se podría solucionar en gran parte el grave problema de la inseguridad.

En la sociedad contemporánea, quizá suene utópico atacar las raíces que vamos a mencionar. Pero si reflexionamos fríamente y sin prejuicios, encontraremos muchas verdades en estas razones.

Cuando hablo de atacar estas raíces, no quiero decir que no haya que reprimir el acto de la delincuencia en sí, que es lo que se ve en la superficie. Claro que hay que hacerlo, pero hacer eso es como cortar un cardo sin sacarlo de raíz, puede funcionar un tiempo pero siempre vuelve a crecer.

Las tres raíces que considero deben atacar las sociedades son las siguientes:

1- La profesionalización del trabajo:

Marx, en su clásico "El capital" publicado en 1867, había profetizado que a medida que creciera la industria, la clase obrera iba a incrementar, los dueños de fábricas y empresarios iban a ser cada vez menos, y la sociedad se iba a bipolarizar en capitalistas y obreros. Esto -según Marx- iba a llevar a la dictadura del proletariado, cuando las masas pobres y explotadas se rebelaran contra los pocos empresarios que tendrían la mayor parte de la riqueza.

Esto nunca se cumplió. El avance tecnológico en la industria trajo la necesidad de personal capacitado, y aparecieron las profesiones, y con esto una vasta de matices en las clases sociales que se encuentran entre proletariado y capitalista. La bipolarización que Marx había profetizado nunca se cumplió, y lo que sufrió la sociedad fue una fragmentación, llevando a la pérdida de unidad y fuerza de las masas obreras del siglo XIX.

Como resultado, lo que Adam Smith, padre de la economía, había definido como lo único que genera riqueza- La fuerza de trabajo- hoy está totalmente desvalorizada. Quien solo cuenta con su fuerza de trabajo para aportar al mercado, esta destinado a vivir para satisfacer -con suerte- únicamente- sus necesidades biológicas. Quien pretenda protestar por esto, queda fuera, ya que en su lugar existen cientos que trabajarían por lo mismo o incluso por menos que él.

La desvalorización de la fuerza de trabajo, producto de la profesionalización del trabajo es una incoherencia social, dado que la fuerza de trabajo es fundamental para que la economía de una sociedad funcione. Si de repente, todos aquellos que sólo ofrecen su fuerza de trabajo en el mercado, esto es, quienes no poseen habilidades especiales, talentos, estudios, o títulos, de repente dejaran de cumplir sus funciones, la sociedad se desestabilizaría y habría un enorme caos. la desvalorización de la fuerza de trabajo proviene de no entender su importante rol en la sociedad.

Como consecuencia de esto, las personas que no poseen más que su fuerza de trabajo, y que saben que su destino es un sueldo miserable, impulsadas por las otras dos raíces que tocaremos a continuación, encuentran en la delincuencia una manera accesible de conseguir dinero para vivir dignamente, sin tener que estar 8 horas trabajando por un sueldo que saben no satisfará todas sus necesidades.

2- La cultura consumista:

Desde la década del ´20, se instaló en EE.UU y luego en todo el mundo, la cultura del consumo. Las primeras agencias de publicidad, a través de estudios psicológicos sobre la manipulación de las masas, lograron establecer estrategias de marketing para crear necesidades en las personas, que en no existían antes, y que en realidad no existen de manera innata en el ser humano, pero que la publicidad logra despertar.

Es sabido que los delincuentes hoy día ya no roban por un plato de comida. Eso es un cuento muy viejo. El delincuente ve en la delincuencia, la forma de poder acceder al mundo del consumo, aunque sea de manera ilegitima, porque de otra manera no podría hacerlo. El consumismo, degrada, humilla, y hacer sentir menos a quien no puede acceder a él. Es humillado quien no puede tener un smartphone, o una tablet, o la ropa de moda, o concurrir a las actividades nocturnas y espectáculos de en cartelería. Ante el peligro de quedar "excluido", de sentir esa humillación, esa profunda frustración que produce quedar fuera del "ruedo consumista", el delincuente prefiere usar medios ilegítimos-el robo, rapiña, hurto- para acceder que quedar afuera y vivir una vida legitima en cuanto a su moral.

3-El relativismo moral:

En la era premoderna  -anterior al siglo XVII- del mundo occidental, la gente basaba su moral en lo que dictaba la Iglesia Católica y el Estado, en la era moderna - a partir del siglo XVII-, y con el ícono de la Revolución Francesa de 1789, la gente dejó de creer en la Iglesia y comenzó a basar su moral en la razón. Con la venida de la era posmoderna -que casi todos los filósofos coinciden comienza con la caída del muro de Berlín en 1989-, la razón queda desplazada, y el relativismo comienza a ser la base de la moral de las personas.

Cada quien posee su propia verdad y moral. Nadie dice lo que está bien ni lo que está mal, la verdad está en uno mismo. La Iglesia falló, la razón falló, el comunismo cayó, el capitalismo es injusto, pues solo queda confiar en uno mismo y su intuición.

El pensamiento posmoderno se puede ver claramente en los delincuentes. La frialdad con la que pueden asesinar a alguien para robarle, da una señal de que la persona no percibe como malo lo que está haciendo. En el mundo de la delincuencia se suele decir "voy a hacer un trabajo", cuando se refieren a que van a delinquir.

Su moral les dice que la sociedad ha sido injusto con ellos, la vida los ha puesto entre la espada y la pared, y ven como algo válido la delincuencia. No perciben el mal en el daño que ocasionan, sea material o humano, pues nadie posee verdad ni moral única, todo es relativo.

Comentarios

  1. Muy interesante, agregaria a estas casuas la presion social y esto ocurre no solo en las clases sociales bajas. La bandas y pandillas muchas veces afectan a su entorno arrastrando a personas que si solo estubeieran en otro entorno no entrarian en el circulo de la delincuencia.

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